Hay vida más allá del alcohol
¡Date una oportunidad y sorpréndete a ti mismo!
Si tienes esa necesidad imperiosa de consumir que por mucho qué la intentes abandonar siempre acaba por vencerte, no te rindas: mira el otro lado de las cosas.
Comienza por imaginar.
Imagina un mundo, un futuro, una situación en la que estás tú y ya no está el alcohol. ¡Imáginalo bien, concéntrate! Imagina que puedes llevar una vida normal y a la vez disfrutar de los pequeños momentos y placeres que tiene la vida pero siempre que lo haces eres consciente.
Imagina una noche con el cielo despejado y estrellado. Estás viendo las estrellas y te das cuenta que han estado casi siempre pero que tu nos las veías porque ni tan siquiera te detenías un instante a mirarlas.
Ahora viene lo más difícil de imaginar: Que ese ver las estrellas, o un amanecer, o estar charlando con tu pareja, una comida con tu familia o un rato con los amigos te resulta gratificante. ¡Imagina con mucha fuerza esa sensación!
Si lo has conseguido, aunque sea una sensación fugaz, …cambia el pensamiento y vete a tu realidad alcohólica: noches de neón, de ruido, de barullo, de conflicto, de discusiones, de surrealismo, de absurdo. Obsérvate como si te vieras desde fuera y reflexiona. ¿Quieres seguir viéndote así el resto de tu vida?
Dejar de consumir es muy difícil cuando no vemos nada más en el horizonte. Por eso, para coger fuerzas e impulso y salir de este bastardo infierno del alcohol y las drogas, hay que creer como mínimo que existe la posibilidad de otro tipo de vida.
Ahora, continua: refuérzate pensando que si muchas personas lo han conseguido, tú también eres capaz. ¡No te despistes, no pienses en las veces que lo intentaste y no lo conseguiste. Piensa en la vez que sí lo vas a lograr!
Por último, deja de imaginar y comienza a realizar ese maravilloso sueño de tener una vida sin alcohol o sustancias, una vida sin un efecto que distorsione lo hermoso que es simplemente vivir.
» He sido un hombre muy afortunado en esta vida. Nada me resultó fácil» Freud