«Vaya otro fin de semana que nos espera…»

[youtube]http://youtu.be/1TD_pSeNelU?list=RD1TD_pSeNelU[/youtube]

 

Los que empezamos la jornada laboral alcohólica temprano (probablemente en jueves ya hacemos una «media salida» o amago),estamos colateralmente desgraciando o arruinando todo el fin de semana a los que conviven y «consufren» con nosotros.

Dos mundos totalmente opuestos chocan y explosionan por causa del alcohol: El nuestro, el de los enfermos, porque si ya abusamos un día, las consecuencias nos obligan a seguir consumiendo para no sentir remordimiento o vergüenza y evitar confrontaciones. O quizá porque necesitemos seguir bebiendo o aislándonos por la resaca y malestar general de ese exceso de consumo. Por otra parte, el otro mundo, el de la familia, porque sólo ver como empieza el fin de semana ya se puede hacer una idea de como va a continuar: discusiones, reproches, gestos, malas caras, etc.

El ritmo de vida actual es muy exigente y competitivo, lo que hace qué cuando toca descansar, … toca descansar. Si ese descanso se convierte en un infierno porque el alcohol se cruza por en medio, hay familiares que llegan a coger odio a esos mini períodos de descanso con licencia para beber e incluso, preferirían vista la situación, que ni existieran.

Por norma eso es más frecuente de lo que imaginamos, ya que el enfermo alcohólico muchas veces se comporta como un parásito a través de su manipulación para hacer creer a los demás que los quiere, cuando la cruda y dura realidad es que los utiliza.

Este bucle se repite una, y otra, y otra vez durante mucho tiempo. Esta situación, por supuesto es insostenible. Puede que los alcohólicos no nos «fijemos» en estos detalles, pero que no les prestemos atención no significa que no sucedan. Luego, vienen las lamentaciones.

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.