Una vida vacía.

Detrás de la botella, normalmente se esconde el miedo, temor,y la angustia de vivir.

Independientemente de las causas del por qué bebemos para evadirnos o refugiarnos, necesitar el alcohol por o para algo ya es en sí una enfermedad.

No se puede vivir constantemente con miedo,porque eso es más bien existir que vivir. Da igual que el alcohol nos proporcione la sensación de seguridad  porque no es más que una falacia de los sentidos.

El vacío existencial no se llena con bebida, sinó con vida.

Cómo enfermo comprendo una situación que, si no la padecen,les escribo casi imposible comprender: A veces, de lo derrotados y rendidos que estamos los alcohólicos,nos es más fácil y cómodo dejarnos arrastrar por la situación y seguir consumiendo que el esfuerzo que supone recuperarse.

Por eso,no caigamos en la mediocridad de actuar de este modo tan cobarde al que nos ha llevado el alcohol, y sacando fuerzas de flaqueza … superemos esta enfermedad llenando el vacío con cualquier cosa menos con tragos de amargura,rendición, y autodestrucción.