Una vida social sin beber
Aunque a simple vista nos pueda parecer un planteamiento absurdo,para una persona que lleva media vida bebiendo y decide abandonarlo para recuperarse,esta reflexión se le hace muy importante para su futuro sin consumo.
Debemos recordar que los enfermos alcohólicos o por otras sustancias no entendemos el lenguaje «normal», y a los conceptos,le solemos dar otro significado o interpretación.
Por esa misma premisa,lo primero que debemos pensar es: ¿Qué entendemos por vida social? ¿Qué conocemos y qué concepto asociamos cuándo nos referimos a ella?
Obviamente, sería absurdo dejar de consumir y seguir alternando e ir de marcha constantemente,y peor si lo hiciéramos con personas que siguen consumiendo igual o similar al modo en que lo hacíamos nosotros.
Por otra parte,no se puede planificar un futuro de sobriedad visualizándolo a nuestra manera alcohólica, sin dejar atrás un pasado, sin cambiarlo todo: viéndonos ya en él sin ni siquiera haber saboreado los pequeños detalles que construyen una recuperación. No podemos imaginar algo que todavía desconocemos.
Nos lo tenemos que tomar con humildad,como si fuéramos unos «novatos»,que por primera vez en muchos años,vemos las cosas cómo son,y no cómo queríamos que fueran, observándolas siempre a través de un cristal …de botella.
La experiencia de muchas personas rehabilitadas nos dice que por supuesto se puede llevar una vida social sin alcohol. Y no sólo eso,sino que es mucho mejor y más enriquecedora.
Cuando estás fuera de tóxicos,la percepción es muy diferente. Las sensaciones y emociones se viven,se disfrutan,se sienten. El agradecimiento por la vida fluye,la cordialidad y armonía acuden solas. Es cómo si de algún modo,nuestro estado de serenidad las atrajese.
Síguenos en nuestro canal de Youtube LAS OVEJAS DE MICA TV suscríbete.