Una mente empapada es difícil que pueda pensar bien
Al estar frecuente o permanentemente intoxicados es muy complicado poder razonar o reflexionar.
Nuestra perspectiva siempre será negativa y de derrota o incapacidad. Nos faltarán fuerzas o si las tenemos, serán muy fugaces para desvanecerse lo antes posible.
Por eso hay que comprender en la complejidad de esta enfermedad que desintoxicarse no es recuperarse, sino sólo una parte de ese proceso.
La desintoxicación es necesaria para afrontar un programa de recuperación (rehabilitación, deshabituación, etc.) pero nunca suficiente por sí sola.
El objetivo principal de la desintoxicación suele ser físico ( dejar de consumir después de muchos años es un duro golpe a nuestro cerebro y todo el organismo) y para evitar las consecuencias después de la abstinencia: síndrome (mono), ansiedad, y otras complicaciones.
Cuando nos desintoxiquemos, secaremos la mente de alcohol. Todavía estaremos confusos y desorientados, pero lo suficientemente preparados para afrontar un tratamiento y una recuperación que nos devuelva a la vida.
Vísteme despacio que tengo prisa. Vayamos «step by step», pasito a pasito y en el orden que corresponde.