¿Tocado o hundido ?

 

Aunque no tenga nada de juego, rememorando esta expresión tal vez si somos consumidores habituales y frecuentes, de grandes cantidades, y con una larga trayectoria, deberíamos hacernos esta pregunta.

Yo lo pondría más fácil porque hablando de alcohol no estoy para enigmas ni acertijos: ¿Eres un bebedor de riesgo o ya has enfermado?

Las dos situaciones necesitan una intervención rápida: La primera, empezar a frenar, moderar, reducir el consumo y especialmente contemplar la posibilidad de que se está al borde del abismo de la enfermedad y, que una vez que caes, es crónica e irreversible.

La segunda, a pesar de no tener cura sí tiene recuperación con un proceso de varias fases donde siguiendo un tratamiento adecuado cumpliendo las fases de desintoxicación, deshabituación y rehabilitación, se puede salvar la vida y llevar un ritmo muy normal.

Respecto a estos dos conceptos, tocado y hundido, tal vez el que preocupa más es el menos perjudicial;el «tocado».

¿Por qué? Porque evidentemente el «hundido», el que ya ha enfermado, tarde o temprano tendrá que elegir entre dos opciones: tratamiento o tragedia. Sin embargo, el bebedor de riesgo (el tocado) como todos los que un día enfermamos y antes necesariamente pasamos por esa fase, pensamos que a nosotros nunca nos va a pasar, que eso sólo le pasa a los demás. La arrogancia y soberbia características de la persona con problemas de alcohol hace que se sienta inmunizado a la enfermedad, niegue la posibilidad, y piense siempre que lo tiene controlado.

¿Lo más sencillo’ ante cualquier problema que detectemos por el alcohol, pedir ayuda.

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