¡Te voy a hacer la persona más feliz de este mundo!
¿Compensar? ¿Recompensar? ¿Intentar solucionar aquello que tantas y tantas veces hemos estropeado?… ¡No,eso no funciona así!
Flores,cenas,palabras bonitas,promesas de una vida mejor,reconocimiento con arrepentimiento,juramentos,proyectos de cambio y de mejorar,…¡Siempre,siempre,siempre lo mismo!
Antes de querer hacer felices a los otros,intentemos hacerlo primero con nosotros mismos.
«Te voy a hacer la persona más feliz de este mundo. Ya lo verás,cambiaré. Procuraré «curarme» o beber menos,pero te prometo que nunca más te voy a hacer daño o preocuparte»
¿Cómo podemos pensar,decir y creérnoslo? ¡Hablamos de alcoholismo! Estamos hablando de una de las enfermedades más graves que existen. Los enfermos alcohólicos no nos queremos nada. No sentimos ningún aprecio por la vida. Somos suicidas con lentitud. ¡Nos bebemos nuestra propia vida! ¿Cómo vamos a poder «ofrecer» algo a los demás si ni siquiera somos capaces de cuidarnos o respetarnos a nosotros?
El alcoholismo no se va con palabrería,con promesas,y mucho menos con sueños empapados de alcohol. El alcoholismo necesita tratamiento. Todo lo demás,es irrelevante.
Si de verdad queremos hacer como dice la canción de hoy: «Te voy a escribir la canción más bonita del mundo»,empecemos por escribirla yendo a pedir ayuda y dejándonos ayudar.
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