¡Tampoco es para tanto … !

Cuando alguien tiene la necesidad de mencionar esta expresión por culpa de su consumo o su forma de hacerlo, comienza a tener un serio problema.

Esta expresión: «Tampoco es para tanto, no hay que exagerar, no me pasé como me estáis diciendo, bla,bla,bla» son respuestas que actúan de mecanismos de defensa muy seguramente ante un reproche o recriminación ajena.

Al ser recriminados o cuestionados, ya no llego al «confrontados», es porque sí en realidad ha habido un exceso, un abuso, una pérdida de control con el alcohol o en su defecto, un comportamiento inapropiado: «¡ Cómo bebiste ayer, cómo te pasaste, vaya comportamiento y ridículo, …!»

Lo suelen mencionar aquellos que nos quieren y se preocupan, siendo valientes y diciéndonos las cosas directas y a la cara.

Lo que sucede es que a nosotros no nos gusta y sienta bien que nos restrieguen la verdad. Nos molesta porque no sabemos asumirla y encajarla.

El serio problema del que hablaba al inicio comienza aquí: No somos críticos ni objetivos con nosotros mismos y ya comenzamos a negar evidencias respecto al consumo de alcohol intentando disimular, camuflar, minimizar o justificarlo.

Como nunca me cansaré de decir: Todo lo malo del alcohol lleva al alcoholismo. Lo que es exactamente afirmar que cualquier cosa que ahora va mal consecuencia del consumo, en un futuro empeorará e irá a más.

Este tipo de expresiones y de «defensas» ya van delatando la negación y el no reconocimiento y aceptación de un problema, característica muy propia del enfermo alcohólico.

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