Sustos de «dos días»

 

La tendencia a asustarse para luego olvidarse con mucha facilidad,es una conducta muy característica de los enfermos alcohólicos.

En esa fase post.abuso,juramos con insistencia que esa será la última vez que beberemos de esa manera,que no pretendíamos actuar de este modo. Son unas horas de caos,confusión,pedir disculpas sin sentirlas a diestro y siniestro,y especialmente angustiarse y sentir temor e incluso ataques de pánico al ser «bombardeados» y torturados por pensamientos obsesivos sobre lo mal que lo hicimos.

Lo mismo con la familia y el entorno:un remordimiento y arrepentimiento que,si no es porque nos conocieran,a lo mejor hasta se lo creerían.

Pero desgraciadamente…,al cabo de dos días ya volvemos a estar con una copa en la mano y riéndonos de todo.

Tenemos una facultad enorme en transformar esa situación horrible y agónica que hemos sufrido como consecuencia del consumo en algo divertido y anecdótico.

Nos habituamos a esta montaña rusa de emociones:Hoy jodidos,mañana contentos. Así es como actúa el alcohol. Nos engaña con la sensación de gratificante,nos tira por los suelos y mina la autoestima,y cuando nos ve abajo del todo,arrastrados,…pone «sus mecanismos» en marcha para que tengamos la necesidad de consumir porque solo él puede aliviarnos.

¿Eres enfermo alcohólico? Bienvenido a este bucle interminable.

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