Suavizar las definiciones no significará ocultar la realidad y minimizar las consecuencias.
¡El alcoholismo es alcoholismo y punto!
Todos los conceptos, definiciones, explicaciones y argumentos que se le quiera dar a esta enfermedad obviando o evitando su verdadero nombre, no son más que «justificaciones baratas» para no asumir y afrontar la pura realidad.
Un alcohólico es un enfermo mental
¿Qué suena mal esta definición?,Pues lo siento mucho:¡Es lo que hay!
¿Cuándo se es alcohólico? Eso ya es otra historia más compleja de la que no me canso de dar en esta misma página «pistas» que definen, diagnostican o delatan la enfermedad.
¿Nos da vergüenza, pudor, miedo a ser estigmatizados o al estereotipo?
¡Sí, eso nos sucede con frecuencia y generalmente!
Pero la aceptación de un diagnóstico real descrito por especialistas y profesionales como enfermos, no nos tiene que asustar, avergonzar ni hacernos venir abajo.
Es peor dar rodeos y minimizar con expresiones del tipo. «No le sienta muy bien el alcohol», «Tiene problemas de alcohol», «No sabe beber», bla, bla,bla.
Aceptar, asumir y afrontar la realidad no es una adversidad sino una ventaja.
Si sabemos lo que padecemos, sabremos que tratamiento necesitamos,
En mi linea, voy a ser gráfico y sarcástico haciendo el siguiente planteamiento:
¿A alguno le gustaría que le diagnosticaran un problema en la vista, por ejemplo, y lo trataran y operaran de una rodilla?
Aunque el ejemplo parezca ridículo e incoherente, eso es lo que sucede con el alcohol: Nadie quiere ser alcohólico. Todos preferimos «imaginarnos» que tenemos otra enfermedad y que el abusar o beber con frecuencia y dependencia es sólo una consecuencia de ello.
¡Pues no, existe el alcoholismo como enfermedad! Y si a alguien se lo diagnostican, … que se ponga en tratamiento para ello, porque los hay muy buenos, eficaces y competentes para poder salir y recuperarse.