… sólo me faltaba celebrar el nuevo año chino.

«Dadme una excusa y moveré el mundo»

¡Así pensamos los enfermos alcohólicos: sólo necesitamos una excusa!

Con todo mi más sincero respeto a la comunidad china, creo que ir introduciendo nuevas fiestas ajenas a nuestra cultura en lo que se refiere a «celebraciones», es bastante peligroso para los alcohólicos y los que no lo son pero qué cuando tienen ocasión de consumir, lo hacen.

Lo mismo digo para fiestas de procedencias extranjeras que se están introduciendo y cogiendo fuerza para convertirse en días con licencia para consumir: San Patricio, Oktoberfest, Halloween, …

Precisamente en esta página y en la web tengo personas con procedencia de todos los lugares del mundo, pero como ya habrán deducido el mensaje en sí no está en la importancia patriota de cada fiesta, sino en la excusa que supone añadir una celebración en el calendario.

Los enfermos necesitamos permanentemente justificar nuestro consumo exagerado, nuestra frecuencia prolongada, abusos, y pérdidas de control. Cuando hay una fiesta o una celebración de la que los medios se hacen eco y la promocionan aunque sea indirectamente o por intereses creados (por ejemplo, Black friday), la gente sale en masa a olvidar su monótona y mediocre vida cotidiana en busca de nuevas experiencias que normalmente se disfrazan de ocio y acaban por converger todas en el mismo punto; consumo de alcohol.

No estoy hablando de defender identidades nacionales ni nada de eso, simplemente evitar con un poco de sentido común dar tanta permisividad al «Hoy … todo vale».

El mayor favor y regalo que me podía hacer la sociedad cuando yo bebía, era «regalarme» una fiesta, un puente, unos días donde el consumo de alcohol estaba bien visto.

Evidentemente mi enfermedad me generaba una necesidad tan fuerte de consumir que no me hacían falta, pero el hecho de saber que los demás también bebían, me hacía sentirme acompañado.

No demos excusas para beber: ¡Busquemos motivos para vivir!