» … pero sin amor, no podremos hacer nada.»

» … Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo y hasta el idioma de los ángeles, si no tengo amor …» San Pablo 1 Cor 13)

Podemos recurrir a todos los métodos, técnicas, programas estrategias conocidas y por descubrir. Podemos tener las actitudes y conductas más importantes y necesarias para rehabilitarnos, recuperarnos y salir del maldito bastardo infierno del alcohol y las drogas como la perseverancia, paciencia, constancia, tenacidad, sacrificio y esperanza, pero si no tenemos la «verdadera» :el amor, no conseguiré nada.

Amor por nosotros mismos y querernos tanto que no volvamos a permitir que el alcohol tome las decisiones de nuestra vida para acabar destruyéndonos.

Amor para y por con los demás, que aún a sabiendas que están molestos y enfadados por nuestros comportamientos cuando consumíamos o estábamos intoxicados, estuvieron y permanecen a nuestro lado confiando otra vez en nosotros.

Amor con todos en general porque ellos no son los culpables de nuestra enfermedad y de nuestras conductas durante nuestro proceso.

Amor por aquellas pequeñas cosas que todas en sí suman un conjunto llamado vida.

Sin dudar un momento, me sumo a las palabras de san Pablo: Puedo hacerlo todo bien, pero sin amor … no tengo nada.

Un  buen sinónimo de recuperación alcohólica es el concepto amor.

 

 

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