Simplemente, hacer las cosas bien hechas
Lo más básico de una persona que ha enfermado de alcoholismo, que abusa o ya pierde el control aunque sea ocasionalmente … es ponerse bien, seguir un tratamiento y recuperarse.
Comenzar por hacer las cosas como tocan y deben ser es primordial para ir avanzando hacia otros objetivos personales.
Ante tal evidencia, que así no se lo parece a esta sociedad, hay que comenzar por hacer las cosas bien: Recuperar una buena higiene del sueño (trasnochar no nos va a ayudar), de la alimentación (seguir las comidas normales, comenzando por aprender a desayunar para cuando por las mañanas, madrugues y te levantes descansado, puedas activarte con energía), y una higiene especialmente personal y de aseo (la dejadez y el abandono personal son conductas que delatan una actitud negativa hacia la vida).
Seguidamente, en este proceso que nos parece tan simple, abandonar el sedentarismo (yo personalmente sugeriría tirar la mierda de tele y ese sofá que tiene ya nuestra silueta de tantas noches de mal dormir y días de resaca, por la ventana)
Y por último no, sino más bien por el principio de nuestra andadura, crearse metas e ilusiones a corto plazo, realistas y alcanzables.
Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, ir trabajando, evolucionando y creciendo (acabar con nuestro ego, soberbia, vanidad y muchas más cosas) y disfrutar del regalo de la vida que significa una buena recuperación alcohólica.
Cada día que pasa desde que deje de beber, es un regalo. Probablemente si no me hubiera puesto en tratamieto, hoy ya estaría a dos metros bajo tierra o esparcido por el mar.
¿Hacer las cosas bien te garantiza éxito en la vida? ¡No lo sé, no soy adivino! Pero si te garantiza alcanzar una paz y a eso que llamamos «conciencia», Tenerla tranquila.
Lo que si puedo garantizar sin titubear, es que quién es alcohólico, si continua no haciendo las cosas bien … tarde o temprano aparecerá alguien y le dirá: ¡Señor/a, tome aquí su factura!