¡Se niega a ponerse en tratamiento. Él dice que no lo necesita!

El rechazo a la ayuda es la mejor manera de no tener que dejar de hacer lo que más quieren;beber.

 

Si no fuera de este modo, probablemente ni sería enfermo,

La negación,la no aceptación y reconocimiento de la enfermedad es uno de los síntomas que mejor la delatan.Es muy sencillo. ¿De qué tiene que preocuparse alguien que sabe que no está enfermo de ir a un sitio así…?

Le entra miedo y temor «acercarse» por un centro porque como gran manipulador que es,el enfermo sabe de sobra que entre otros como él,no podrá engañarles ni tomarles el pelo.

Lo mismo le sucederá con los profesionales que puedan detectar en su consumo algo fuera de lo común y normal. Cada vez que el alcohólico escuche algún posible diagnóstico de alcoholismo,se defenderá acusando de la incompetencia del otro. «¡Qué va a saber éste. No tiene ni puta idea de lo que habla!»

Es lógica esta actitud cuando se está enfermo. Entiendo que los familiares lo pasen muy mal y que se desesperen porque no saben que hacer o como actuar.

Conseguir que el enfermo acuda a un centro (aunque sólo sea «de pasada») se convierte en una proeza casi imposible.

Es lo más complicado de esta enfermedad cuando se quiere prestarles ayuda y la rechazan una y otra vez.

Incluso si es necesario, harán creer al familiar e intentarles convencer de que son ellos lo que necesitan ayuda por preocuparse tanto. ¡Hasta ahí llega el colmo de lo absurdo!

Siempre afirmo que sí ellos (los enfermos) son muy manipuladores,los familiares deben ser más estrategas y aprovechar la vanidad que les caracteriza y utilizar sus mismas armas para retarles a ponerse a prueba y que caigan en su propia trampa.

Puede ser complicado,pero …nada es imposible.