Rehabilitarse no es una condena, es una recompensa.

Al mal tiempo, buena no, muy buena cara.

Las cosas pasan porque pasan o deben pasar.

Enfermar de alcoholismo o drogas en una sociedad tan asquerosa, mediocre y superficial lamentablemente es probable y ocurre a muchas personas todos los días.

Pero si eso sucede, no nos quedemos de brazos cruzados lamentando y compadeciéndonos de lo desgraciados que somos y reaccionemos para salir de esa situación.

Si el mal ya está hecho, … vamos a por el bien. Dejemos aparcadas las causas y busquemos soluciones inmediatas para recuperarnos. Ya tendremos tiempo cuando estemos bien de buscar porqués.

La vida es maravillosa si tú la ves maravillosa. No sé si hay o no hay destino (hace años , cuando dejé de beber me dejé de gilipolleces y comencé a trabajar mi realidad), pero sí sé que el camino que aprendimos y emprendimos se tuerce, hay posibilidad de enmendarlo.

Para mí, todo el mundo es recuperable de alcoholismo siempre que no exista un trastorno o patología asociada escondida detrás.

Por lo tanto, miremos la vida con optimismo y positivismo: Si algo fue mal, arreglémoslo en la medida que podamos y no nos tomemos nunca una recuperación o rehabilitación como una condena sino más bien como una oportunidad de crecer y ser mejores.

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