Quien bien te quiere, te hará llorar.
Todos esos amigos, camaradas, compinches, cómplices, y compañeros de consumo que «envuelven» el mundo alcohólico que nosotros nos hemos creado solos con la ayuda exclusiva de la botella, no son más que una falacia de los sentidos (Una «amistad» que creemos y sentimos como cierta, pero en en realidad nos estamos engañando).
En cambio, todos esos que están en casa esperando a papá, mamá, nuestro nene, el abuelo, la pareja,… con la esperanza de que no le haya pasado nada y preocupándose día sí y día también en este y otros aspectos relacionados con las consecuencias de nuestro consumo abusivo, incontrolado o desproporcionado, … esos sí que son amigos, personas reales que nos quieren, nos aman, nos desean, nos arropan, …
Estos últimos, según nuestra interpretación por la distorsión de la percepción de la realidad, los convertimos en amenazas y «enemigos» por una simple cuestión de enfermedad: Ellos son los que incansablemente nos reprochan, nos riñen, nos recriminan, nos advierten, nos avisan, nos dicen la verdad a la cara y se preocupan a pesar de saber que se van a poner en nuestra contra, para que reaccionemos de una maldita vez y nos quitemos la venda que el alcohol ha puesto ante nuestros ojos sin permitirnos darnos cuenta de lo que está sucediendo.
esto es la historia interminable, el cuento de nunca acabar, un bucle y círculo vicioso que se mantiene en el tiempo y se repite con tanta frecuencia que llega a estabilizarse en el tiempo, perdiendo efectividad.
Siempre afirmo que me sirve de muy poco el «tenías razón» , sino lo importante es el comprender «el tienes razón», porque en esa diferencia de tiempo gramatical, cuando hablamos de poner freno al alcohol si estamos enfermando, muchas veces está la solución.
Comprendo la tozudez y soberbia de los alcohólicos porque soy uno de ellos y mientras bebía no escuchaba a las personas que de verdad me querían y se preocupaban por mí. Incluso los llegué a sustituir por personajes esperpénticos, derrotados, y surrealistas, haciéndole más caso a ellos que los míos.
Los alcohólicos no tenemos amigos, no tenemos proyectos vitales, ilusiones, amor o sentimientos por nadie porque tenemos la cabeza «anestesiada». Los alcohólicos sólo queremos beber, lo necesitamos. En eso consiste la enfermedad. Por lo tanto, un primer paso y de gigante …puede ser por empezar a «intentar » escuchar o entender que nos quieren decir cuando existe esa insistencia agónica de preocupación hacia nosotros.
2 Comments
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La experiencia con un adicto,enfermo alcohólico realmente es de las mas fuertes,porque termina afectado y es una situación única porque uno se convierte en el expectador de una vida que se va destruyendo poco a poco y en muchas ocasiones sin podLeer más ..
Como familiar de un adicto,alcohólico se del dolor que causa esta enfermedad he vivido en carne propia lo que se sufre cuando se tiene cerca un pariente con esta enfermedad hasta que no sabia que es una enfermedad mi sufrimiento fue mucho mayor Leer más ..