Cualquiera puede tener un alcohólico en casa

No es un titular de lo más agradable, que se pueda decir, pero es la realidad.

«Tener» un alcohólico en casa suena mal. Nadie quiere que eso le suceda porque un alcohólico, le pese a quién le pese, es un enfermo mental, drogadicto, y dependiente que no sólo se causa daño a él mismo sino a todo su entorno, hasta el extremo de llegar a hacer enfermarles también.

Este enfermedad es muy «tolerante». No hace distinciones ni discriminaciones con nadie: ni por sexo, edad, posición social,.. ¡Acepta a todo el mundo y la acoge con mucho cariño! ¡Cualquiera puede ser o enfermar de alcoholismo!

Lo curioso es que tenemos la tendencia de que es una enfermedad que siempre pasa en casa de los otros o, como muy cerca, en la del vecino.

La cosa no pinta bien. Siempre huyo de pesimismo, fatalismo, y malas noticias, pero con el crecimiento y auge de esta enfermedad no puedo negar la evidencia, y a medida que la presión social, la competitividad, el desencanto y deshumanización van haciendo mella en esta sociedad, más enfermos van apareciendo.

La botella siempre se presenta como una buena alternativa para huir de los problemas. Los enfermos o personas que más o menos sabemos de que va la historia, sabemos que es falsa y temporal. Pero ello no deja de ser así, aunque exista un mínimo de conciencia.

No se trata de ser alarmista pero que nadie frivolice o peque de soberbia etiquetando, estereotipando, y estigmatizando a los demás porque nunca se sabe cuándo te puede tocar a ti.

Ahí está el gran problema: Que muchos se preocupan más de criticar o desestabilizar que de anticiparse  e informarse por si algún día les toca vivirlo, que al menos sepan por dónde empezar a actuar, derivar, e intervenir.

Creo que el alcoholismo es un problema de índole social que atañe a toda la población sin excepciones.

Es más, por mí fuera y tuviera la capacidad de decidir, pondría este tipo de enfermedades de dependencia, drogadicción, accesibles y tan permitidas (especialmente el alcoholismo) como una materia o asignatura obligatoria en los jóvenes a temprana edad. Y a los más adultos, les «iría preparando» a base de seminarios, talleres, conferencias, e información en general para que tomaran conciencia y la comprendieran aunque sólo fuere un poco más.

Es cierto y me mantengo en la misma opinión, que no todos los bebedores de alcohol serán alcohólicos pero sí todos los alcohólicos, antes serán consumidores de alcohol.

La idea es informas de las posibles consecuencias, no la de actuar como un inquisidor.