Proceso contra proceso

«No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre;sino lo que sale de ella» Mt 15:11

 

Si pasar de beber alcohol a enfermar es un proceso,el recuperarse de esta enfermedad,también.

«De descender a los infiernos a escalar a la cima de la vida;proceso contra proceso»

Al primero nos empujó la botella,en el segundo es por nosotros mismos,ayudados por esa fuerza de querer recuperar la autoestima y la dignidad que nos merecemos como personas.

Una persona que deja de beber,se rehabilita y empieza a recuperarse no necesita compasión,trato especial o de favor,aprobación ajena,ni mucho menos «palmaditas» constantes de apoyo. la recompensa es el proceso en sí. No hace falta que nadie nos lo diga,nos lo reconozca o lo signifique. los propios hechos ya lo demuestran.

Entender bien el concepto «proceso» es fundamental para encontrarse y estar bien con uno mismo.

Se deja atrás la susceptibilidad,el sentirse señalado o aludido,el estar pidiendo disculpas constantemente,incluso las que ni siquiera nos corresponden.

Defiendo a muerte que detrás  de cada enfermo hay una persona,y lo importante de la recuperación alcohólica es recuperarla. La deshabituación,los cambios de conductas,de ambientes,de eliminación de sustancias,situaciones,y personas tóxicas forman parte del proceso,pero el conjunto y objetivo final de éste,es siempre ser el que somos,no el que la botella nos hizo imaginar y aparentar que éramos.

Lamentablemente,muchas veces se culpa al alcohol de todos los males para «tapar» otros trastornos,patologías,o caracteres de maldad. Por eso,cuando el alcohol se va,la persona se recupera y se reencuentra consigo misma,es totalmente imposible que se asemeje a la que bebía.

En caso contrario,además del alcoholismo,probablemente existen otros problemas en el fondo de ese «iceberg» con el que cargamos todo ser humano.