Un «problema de alcohol» no suele ser un problema, suele ser enfermedad.
Estamos tan acongojados, invadidos por el miedo, la angustia y la opinión social, que todavía hoy en pleno año 2017, lejos de de progresar y acabar con los estereotipos y estigmas, los alimentamos cada día más.
Especialmente con el alcoholismo.
Voy a repetirlo por enésima vez en esta página y lo haré las veces que sea necesario: Ser alcohólico es ser enfermo y punto.
¿Qué hacemos cuándo tenemos una enfermedad?
Vamos a un especialista para aliviarla, tratarla o curarla.
¿Qué hacemos cuando tenemos la enfermedad del alcoholismo?
¡Todo lo contrario: la ocultamos!
» Le llamo, vengo, querría saber, me gustaría informarme … por un «pequeño problema de alcohol» que tengo o tiene un familiar mío»
¿Un pequeño problema de alcohol? Eso ya nos delata que se huye, se minimiza, se disfraza, se oculta y se tapa de inicio las verdaderas consecuencias.
Si se ha enfermado de alcoholismo o se está en riesgo de hacerlo, hay que actuar de inmediato. Porque cuando antes lo hagamos, más fácil será intervenir y abordarlo.
Un dato: El alcoholismo no se va solo, con buenas intenciones o con el tiempo. El alcoholismo, como cualquier enfermedad, necesita diagnóstico profesional y tratamiento.
En resumen, más que por el beber preocupémonos de las consecuencias que nos trae hacerlo. Y si es así, dejémosnos de chorradas y actuemos.