Priorizar

Estar ocupado, pensando en otra cosa durante el proceso de recuperación alcohólica, lo único que hace es impedir que esta se realice bien.

Pretensiones inmerecidas (querer solucionar el desaguisado de años en unos meses, por ejemplo), metas inalcanzables (ponerse objetivos fuera de nuestra capacidad y limitación), y especialmente desear el final de la rehabilitación sin ni siquiera haberse parado a reflexionar en ella, son esfuerzos en vano y desgastes gratuitos.

Es evitar la verdadera prioridad de una recuperación alcohólica: recuperarse.

Valga la redundancia y siendo obvia la premisa, lo cierto es que suele suceder que no se cumple, por mucha lógica que tenga, en la mayoría de ocasiones.

Siempre ha sido el tema que más me ha preocupado cuando he visto alguno de nosotros, enfermos alcohólicos, que llevábamos ese rumbo de despiste y desorientación.

Uno no se recupera «para …», sino porque está enfermo. La recuperación no es un camino para conseguir una finalidad sino que la finalidad en sí, siempre debe ser la recuperación alcohólica.

No es un juego de palabras, sino una reflexión que debe comprenderse perfectamente si queremos tener éxito en esa empresa tan dura.

Anteponer otros objetivos (laboral, económico, de pareja, familiar, social, etc) antes que ponernos bien nosotros, es absurdo. No existe más evidencia que el tomar conciencia que, para estar bien con los demás primero debe uno estar bien consigo mismo,

Cuando sucede esta situación, suele ser porque el enfermo, o bien no ha tomado conciencia de la gravedad de su enfermedad o es porque no está convencido.

¿Prioridad de un alcohólico? No es sólo dejar de beber, sino también aprender a vivir sin hacerlo.