Preocupados eternamente

No es fácil para un familiar o una persona que te ama relajarse y llegar a un nivel de ansiedad, preocupación y tranquilidad cero cuando hemos dejado de beber, por muchos años que pasen o pasarán.

La huella del alcoholismo, por mucho que se intente aparentar, siempre permanece.

Hay que entender que no hablamos de una enfermedad pasajera de unos días o semanas, sino de una situación muy emotiva cargada de tensión y angustia durante años o décadas que, por mucho trabajo y reflexión de la persona que lo ha padecido y ha sufrido junto al enfermo, además de enfermar ella también, nunca recuperará la misma confianza y credibilidad que antes del proceso porque su mente se programó para ello.

No es un mensaje pesimista y de desconfianza el que pretendo trasmitir, sino todo lo contrario. Los alcohólicos podemos salir de este infierno y recuperarnos (de hecho, miles de personas lo hacen a diario) pero lo que no podemos es curarnos porque la enfermedad es crónica e irreversible: Por muchos años que llevemos sin beber,siempre seremos alcohólicos.

Entender, comprender, y aceptarlo no es malo sino un refuerzo que nos mantiene en el sendero de la sobriedad. Nos hace ser humildes, superarnos día a día, y evitar la toxicidad en su más amplio contexto, lo que se traduce en un crecimiento personal.

Mientras estuve inmerso en el submundo del consumo tuve todas las fobias y neuras que existen y las que todavía tienen que inventarse, pero hay un pensamiento que me abordaba,torturaba y asfixiaba: Tener la sensación de que por muy bien que fuera, algo pasaría malo. Años después de dejar de beber, ¡Todavía permanecía! Aunque cada vez, esta situación iba perdiendo intensidad.

Pienso que al familiar le sucede lo mismo. Que se alegra y recupera la alegría de vivir por vernos bien y sin beber, pero que nunca se olvida o si consigue hacerlo, tardará mucho tiempo en lograrlo pero ello no significa que esa intensidad de ansiedad e inquietud disminuya a medida que nosotros crecemos como personas y morimos como alcohólicos.