Personal e intransferible

Podemos ayudar, motivar, animar y alentar a un enfermo alcohólico a superar y superarse de ese gran vacío que le queda al dejar de consumir, pero nunca «teledirigir» su recuperación o hacerla por él.

Esta enfermedad es demasiado compleja para que con vulgaridades, lógica u obviedades podamos penetrar en lo más profundo de cualquier mente alcohólica de quién la padece, por lo tanto, si alguien debe hacer el trabajo … ese es exclusivamente el propio enfermo.

Es natural y muy normal que pretendamos convencerle, que insistamos en su recuperación, que constantemente le recriminemos o reprochemos su conducta (con buenas palabras o con amenazas), e incluso que intentemos controlarlo, pero si el enfermo no esta predispuesto, no tiene actitud y compromiso … será muy complicado tener éxito por muy buenos consejos, ayuda, programas, y amor que reciba por parte del entorno.

El mensaje visto así parece pesimista y desesperanzador, sin embargo la realidad y objetividad para un buen tratamiento es muy necesaria ya no sólo para quién padece directamente la enfermedad sino también para todos aquellos que se desgastan y agotan dejándose su vida e incluso enfermando también para ayudarles.

¿Cuándo el enfermo tomará esa decisión y compromiso? Eso es una pregunta sin respuesta. Entiendo que los familiares, parejas, amigos,etc. la busquen sin dudas o ambigüedades, pero la dura realidad del alcoholismo es esta, y no hay más. Dar falsas esperanzas o expectativas cuando el alcohólico no ha decidido recuperarse es arar en el mar.

Pero ello no significa que los demás deban rendirse o arrojar la toalla, sino que sepan contra que «monstruo» están luchando les hará más llevadero y comprensible el comportamiento y la actuación de las personas que somos alcohólicas.

Conociendo un poco más la enfermedad más allá de la cultura popular y los estereotipos que se tienen sobre ella, tomando conciencia y anticipándose a muy probables reacciones, aunque en un principio parezca algo inútil e inservible, es ya una gran ventaja a la hora de planificar posibles estrategias para lograr que cuando el enfermo se halle sumiso en una depresión o tristeza, en un momento bajo y de falta total de autoestima, o en plena fase de arrepentimiento y remordimiento, sepan como actuar.

Nunca hay que desisitir  pero si saber que esta enfermedad es, lamentablemente, …personal e intransferible. Y, que toda ayuda posible resulta en vano si la propia persona enferma no decide ponerse en tratamiento y seguir un programa para salir de este infierno.

El alcoholismo es una escalera hacia el infierno. La recuperación, una escalera a la vida. Sólo el propio enfermo puede decidir, por muy hondo que se encuentre, volver a subirla.

1 Comment

  1. Enrique Román Martinez en Facebook el 27 mayo, 2016 a las 6:38 am

    Buenos días, la pura verdad nadie puede recuperarse por nadie, si alguien se rompe una pierna,solo el o ella tiene que soldarsela.Leer más ..

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.