Perder el control con frecuencia consumiendo se llama enfermedad.
Nos encanta suavizar los nombres y ponerle apelativos que minimicen las consecuencias cuando se trata de un consumo de alcohol inapropiado rozando lo enfermizo. En muchas ocasiones, cuando me comentan sobre un posible alcoholismo y quieren información para «descubrir» si realmente lo padecen, siempre comienzan con un típico y cansino: » Tiene /tengo un pequeño problema con el alcohol porque …»
Cuando se comienza así, mi mente alcohólica y retorcida activa mi traductor automático y enseguida, en milésimas de segundo, convierto esa expresión en . «Estoy muy jodido y …»
¿Perder el control con frecuencia? ¿Emborracharse con facilidad y asiduamente? ¿No saber parar o decir basta? … ¡Alcoholismo/enfermedad!
La pérdida de control sobre los consumos (junto con la dependencia, la tolerancia, y el no saber estar o realizar actividades cotidianas sin alcohol presente) son las conductas más características y significativas que, según la O.M.S. delatan esta enfermedad. La lista es más larga, pero estas son las más importantes para hacer un diagnóstico rápido y bastante certero.
Cuando esto sucede, los alcohólicos siempre derrochamos toda la energía en aprender a beber o a controlar, en lugar de buscar ayuda o tratamiento. Eso nos conduce a continuos intentos fallidos y desesperados que siempre acaban en fracaso, La negación y la no aceptación junto con la prepotencia y autosuficiencia de «querer solucionar nosotros el problema» sólo nos lleva a retrasar la recuperación y el empeorar.
No tengo mucho más que añadir. ¿Pierdes el control con frecuencia cuando consumes alcohol?… ¡Corre a pedir ayuda!