¿Qué pensamos los alcohólicos cuando se nos plantea la posibilidad de pedir ayuda?

En primer lugar, … que no la necesitamos. Que nosotros solos podremos salir de esto.

Esta es la primera reacción natural como mecanismo de defensa que utilizamos. Apelamos a nuestra fuerza de voluntad y capacidad «de aprender» a controlar pero que necesitamos tiempo y que las cosas nos vayan mejor.

Este pensamiento distorsionado y atrofiado a la que nos ha conducido la propia enfermedad suele ser el más frecuente: Pensar que se puede «aprender a beber». No hay escuelas de aprendizaje de consumo, hay profesionales o centros de tratamiento especializados a recuperarse de la enfermedad.

Por otra parte, el «cuando las cosas nos vayan mejor» es un pensamiento de justificación para posponer la recuperación, ya que si hemos enfermado, las cosas nunca mejorarán sino que siempre van a empeorar.

La segunda, es que cuando se nos intenta hacer ver por activa y por pasiva que necesitamos ayuda, aún cuando lo hemos intentado por nuestra propia cuenta miles de veces siempre con el mismo resultado;el fracaso, nos enfadamos y evitamos a toda costa esa posibilidad ofendiéndonos, comparándanos en los demás (el típico todo el mundo bebe), y despotricamos sobre las personas o centros que se dedican a eso.

Ahora os pondré un breve ejemplo de mi manera de pensar veinticinco años antes de tomar la determinación de ponerme en tratamiento y dejar de beber:

» Yo no necesito que nadie me ayude. A mí no me come el coco nadie y me hacen un lavado de cerebro. Yo sé perfectamente cómo debo hacerlo. ¡Paso de centros e historias al igual que de médicos que no tienen ni puta idea! Ellos no pueden comprenderme nunca. Además, eso suelen ser sectas o cuatro alcohólicos cabreados que beben o han hecho desastres muy grandes y están frustrados o reprimidos, queriendo convencerte por la simple razón de que ellos ya no pueden beber. Es todo un negocio. ¡Ellos que sabrán de mí, por mucho que vaya a sus reuniones! ¡Yo no soy como ellos! ¡Nadie me comprende! ¿Los médicos o profesionales? Lo mismo: Cómo van a curarme si no se enteran…»

Esa resistencia a la evidencia no es más que una conducta propia de la enfermedad. Para defendernos, atacamos. Prejuzgamos y hablamos mal porque no nos interesa que nos descubran. Para eso, el primer paso de esa evitación es manipular a nuestros familiares y entorno con nuestras versiones y argumentos baratos e intentar convencerles. Sólo de ese modo ganaremos tiempo y nos dejarán en paz una temporada más hasta … que volvamos a joderla.

¿Qué pensamos?… ¡No pensamos,evitamos!

2 Comments

  1. Enrique Román Martinez en Facebook el 26 mayo, 2016 a las 6:35 am

    Buenos días, en tantas veces que me la ofrecieron yo decía. (Para que necesito ayuda, esto que hago es normal,todo el mundo lo hace, controló y lo dejo cuando quiera.Leer más ..

  2. Miguel Frontera Coll en Facebook el 26 mayo, 2016 a las 10:03 am

    Ayudame,y te habras ayudado…….

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