¿El peligro más grande para no lograr una recuperación?:¡Confiarse!

Podemos llamarlo cómo queramos: relajarse, bajar la guardia, sentirse bien, desvincularse, creerse curado,auto-engañarse, pensar que ya no necesitamos reforzamientos, … pero al final, la mejor manera de describir este estado tan característico de aquél que se ha iniciado en un proceso de desintoxicación-rehabilitación, se llama «confiarse».

Esa falsa confianza no es fruto de la recuperación sino de la propia enfermedad.

Después de tantos años de abuso y exceso, de pérdidas de control sobre el consumo cuando hemos estado bebiendo o drogándonos, al cabo de unos meses de abstinencia … la sombra de la soberbia y autosuficiencia del autocontrol, planean sobre nuestra mente con facilidad.

Creemos que ya tenemos todo el trabajo hecho y sólo acabamos de empezar.

La recuperación alcohólica es un proceso lento, laborioso, duro, … pero con una gran recompensa.

Nadie consigue en «dos días » arreglar un pasado de décadas.

Hay que renacer, re-inventarse, modificar conductas y comportamientos, aprender a pensar de manera positiva, ver el lado bueno de las cosas y volver a aprender a vivir sin alcohol.

Por eso, precisamente, la confianza no tiene cabida durante el proceso.

Los resultados vendrán no cuando queramos, sino cuando estemos preparados.

Cuando el alumno está preparado, el maestro aparece.

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