Paso de batallas perdidas de antemano

«Desde que tomé consciencia de que el alcohol era más poderoso que yo … pude vencerle.»

 Empeñarse en luchar contra algo o alguien que sabes perfectamente que te va a derrotar es , además de incoherente e idiota, un gran desgaste de energía y un derroche de vida inútil y sin sentido.

¿Se puede vencer sin derrotar a un enemigo más poderoso? ¡Sí, no luchando :esa es la victoria!

Símiles y metáforas continuamente empleo para trasmitir esta situación: » No nadar a contracorriente», «No meterse en guerras que nos son las nuestras», No coger atajos porque en lugar de avanzar nos puede hacernos equivocar de camino»,…

Me apasiona Sun Tzu y su obra «El arte de la guerra» en la que muchos ven un un relato bélico y en realidad es toda una lección se sabiduría milenaria que se puede aplicar en cualquier contexto actualmente. En una de sus definiciones, está todo lo que quiero trasmitir y expresar en esta reflexión: «El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar».

Como alcohólico insisto siempre que durante mi enfermedad en activo, la guerra no la venció el alcohol sino la perdí yo, que son dos cosas muy diferentes. Tenía que dejar de beber pero quería conseguirlo obstinándome en derrotar a la botella y aprender a consumir controlando y sin consecuencias. Lo único que conseguía es que en cada intento de lograrlo, más me debilitaba. Concluí que el enemigo no era la botella sino mi tozudez, soberbia, y orgullo de querer vencer a toda costa sin analizar el por qué de ese fracaso permanente en mi intento. Al final, después de mucha ayuda y tratamiento, de compartir experiencias con compañeros que habían estado en el mismo campo de batalla, y con técnicas para no continuar en una guerra que no era la mía, pude canalizar toda mi energía en salir de ella y comenzar la verdadera: la recuperación.