Optimismo

El mal del comienzo es la precipitación y la ansiedad por querer hacer infinitas cosas a la vez, saturarnos, ampliar nuestro aprendizaje en cosas que hemos hecho poco o nunca.

El alcoholismo es una enfermedad compleja y terrible de muy difícil tratamiento, y mucho más en esta sociedad que, cuando tienes un disgusto o un problema, te sacan una copa antes que un pañuelo para secarte las lágrimas. Decir que es fácil recuperarse de alcoholismo es frivolizar y hablar sin tener ni idea. Lo que puede ser aparentemente sencillo es mantenerse en abstinencia y estar un tiempo sin beber.

Pero cambiar tu aprendizaje social de décadas, tu mentalidad y tu forma de enfrentarte a la vida cuando siempre lo has hecho apoyándote en el alcohol no tiene nada de fácil. Detrás de todo ello hay un proceso muy complejo que requiere de mucho esfuerzo, trabajo, sacrificio, comprensión, y firmeza.

Por otra parte, todos esos que se han obstinado en que con fuerza de voluntad se sale me gustaría darles mi opinión personal sobre este tema que todo el mundo comenta con gratuidad.

La fuerza de voluntad es necesaria, pero nunca suficiente. Si esa fuerza no va acompañada de un entendimiento y comprensión de la enfermedad al final se acabará cediendo, porque no se puede estar el resto de la vida luchando en contra de algo.

Entender que es una enfermedad y que los daños repercuten a terceras personas, comprender que por sí solos y sin dejarnos ayudar será tarea casi imposible, comprender que el hecho de abstenerse es privarse y el de recuperarse es renacer.  

No enseñamos, trasmitimos. Trasmitimos la ilusión de unos a otros que conseguir tener una vida plena, satisfactoria y de bienestar sin necesidad de alcohol … ¡Es posible

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