«Olvidarse» de la enfermedad

 

«Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices. Ellos son los encantadores jardineros que hacen que florezca nuestra alma» Marcel Proust

Un enfermo alcohólico,por muchos años que lleve recuperado y en abstinencia,lo único que no puede hacer nunca es olvidarse de su enfermedad.

No olvidar el infierno de donde venimos tal vez nos haga tener mantener siempre despiertas las alertas para no volver a regresar.

No se trata de obsesión,sino de concentración y,sarcásticamente,buena memoria.

Creerse curado,que todo ya ha pasado,que fue como un sueño pero que ocurrió hace mucho tiempo y ya lo hemos vencido,probablemente es una trampa propia de la misma enfermedad. No,no se trata de ningún sueño,más bien de una pesadilla.

Como más tiempo conseguimos estar abstinentes más nos debemos reforzar. Precisamente es cuando más hay que trabajar y detectar mejor las posibles alarmas de «reclamación» a la que nos llama el alcohol desde el más allá de nuestro cerebro.

Por muchos estudios científicos y experimentación sobre la enfermedad,hay una cosa que ha quedado clara y demostrada:el consumo de alcohol siempre nos queda grabado como algo gratificante y placentero. Por lo tanto,sabiendo esto y «simplemente» anticipándonos al deseo,para que este no se convierta en necesidad,…no podemos ni debemos bajar la guardia.

¿Qué existe gente que lo supera y se olvida ya de ello y les va bien? Estupendo,pero yo siempre pienso practicar el «recording». Pienso acordarme de lo que soy precisamente para no volver a serlo. [youtube]http://youtu.be/Go9aks4aujM[/youtube]

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