¿Nos hemos vuelto todos cosacos?

Siempre me han llamado la atención las expresiones que aprendemos y memorizamos desde muy niños y luego las normalizamos y utilizamos como calificativos, como por ejemplo: «Beber como un cosaco».

Curiosidad y un poco de gracia, porque siempre le toca a algún «pueblo o nación» el atributo. He escuchado muchas y las aprendí » de carretilla»: Cuentos chinos, despedirse a la francesa, hacerse el sueco, … pero beber como un cosaco me hacía mucha gracia cuando no entendía su significado y yo comenzaba con mis consumos. Gracia que luego se convirtió en lástima y pena, pero eso, cuando eres joven no te detienes ni por un instante ni a reflexionarlo.

«- ¿Qué tal ayer la marcha, Mica?

– ¡Cómo siempre Me emborraché como un cerdo y bebía como un cosaco!»

Lo del «cerdo» tampoco sé a que viene, porque yo nunca he visto a un cerdo beber, pero en fin …

La cuestión, sin desviarme del artículo, es que ahora que estoy involucrado con el consumo de alcohol desmesurado, el mal uso o abuso, y especialmente en las personas que, como yo, por hacerlo enfermaron, cada vez que me hablan de «Cómo bebe» la gente en tal pueblo, región, provincia, comunidad, país, continente … siempre me dicen que es donde beben más y peor o más abusan.

Mi deducción es sencilla y poco ortodoxa, pero evidente: todo el planeta tierra bebe como un cosaco.

Ya no importa que sea mediterráneo por el buen clima, tropical por el calor, del norte por el frío, … en cualquier zona hay alcohol y se bebe desmesurada y desproporcionadamente. Ya no hay excusa para justificar este descontrol que, aunque todos nos hacemos el tonto, sabemos sobradamente que poco tiene de exageración y se nos está yendo de las manos.

Por experiencia propia, sé que como más intensa es la ingesta y más permisividad se le da a ella junto a la prolongación y repetición de la conducta, más difícil y complicado es la intervención y el tratamiento.

Por lo tanto, dejemos el «cosaquismo» y potenciemos en las nuevas generaciones el consumo adecuado y moderado para que este no sea la entrada de acceso a la autopista del infierno.

Siempre acabo en el mismo punto y en la misma crítica social: Meno prevención con condicionamiento o miedo, menos represión e imposición, menos prohibición o intentar asustar a los jóvenes tratándolos como a bebés, y más información, concienciación, y sensibilización.

1 Comment

  1. Enrique Román Martinez en Facebook el 28 julio, 2016 a las 7:04 am

    Buenos días, beber a lo loco es lo que me llevo a enfermar, uno piensa que es mas hombre por aguantar mas la bebida.Leer más ..

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