¡No,no lea las instrucciones de este medicamento y consulte con su farmacéutico!

«La diferencia entre la estupidez y la genialidad,es que la genialidad tiene sus límites» Albert Einstein

 

No las lea cuando se trate de alcohol,porque el alcohol …no es un medicamento.

Muy pocos se imaginan la cantidad de personas que beben o utilizan el alcohol por su «efecto medicamento». Su capacidad de anestesiar,atontar,desinhibir,proporcionar la falsa sensación de seguridad y bienestar,sedar o tranquilizar le convierte en una «suculenta y deseada» pócima.

Incluso los hay que se apuntan al falso mito y a las leyendas urbanas de que el alcohol …conserva.

Todo este tipo de gilipolleces las practiqué con asiduidad durante mucho tiempo:la sabiduría de barra popular, el argumento barato de que bebía para «quitarme los nervios»,la excusa de que sólo el alcohol me podía quitar la ansiedad,el pensar que era más sano beber que tomar pastillas u otras sustancias,etc.

Todos los alcohólicos pasamos por esa fase de imbecilidad en la que nuestra prepotencia y arrogancia nos hacen creer que estamos en posesión de la verdad absoluta. En realidad,este comportamiento no deja de ser un recurso para justificar el porqué de nuestra forma de consumir.

Las trampas del alcohol son infinitas,nunca acabas por descubrirlas todas. Pero la de «beber para quitarse los nervios» es muy frecuente y utilizada.

Si alguien se encuentra mal o sufre alguna dolencia,especialmente los trastornos psicológicos tan comunes en la sociedad actual (depresión,estrés,ansiedad,angustia,etc.) que no se le ocurra acostumbrarse a paliarlos con unas copitas,porque sin necesidad de argumento científico que lo avale,personalmente me atrevo a advertirle que si lo hace,…logrará el «doblete» (lo que tenía,más acentuado todavía, y probablemente enferme de alcoholismo)

En consecuencia,el alcohol no es un medicamento ni se debe utilizar como excusa o pretexto para justificar su consumo.