No hay tratamientos de recuperación alcohólica «a la carta»
No es el programa que nosotros deseamos el que debemos hacer, es el que necesitamos.
Ya de por sí el alcoholismo es tan complejo que sólo faltaría que fuera el propio enfermo quien dijera «cómo quiere que le curen».
Lo mismo pasa antes del tratamiento: ¡No hay autos: No hay autodiagnóstico, no hay automedicación, …!
Esta situación se da porque los enfermos alcohólicos somos tan manipuladores que sólo escuchamos lo qué queremos oír y no lo que es en verdad.
Nos hemos pasado media vida haciendo experimentos que no han funcionado, intentando controlar, dejándolo por nuestra cuenta, y mil historias más con su correspondiente fracaso, que cuando nos vemos apretados, asustados, obligados, condicionados, coaccionados o desesperados … buscamos ayuda pero «a nuestra manera y conveniencia».
¡Esto no funciona así! La ayuda debe ser profesional y apoyada por personas que hayan pasado por la misma experiencia. Debe haber un programa, un método, unas normas y reglas para disasociar todo ese mal aprendizaje, modificar las conductas, quitarse los pájaros de la cabeza que el alcohol ha anidado en ella, y volver a comenzar escuchando, atendiendo y trabajando.
La recuperación no es fácil pero es posible.
El enfermo alcohólico que de verdad quiera salir de este bastardo infierno …. que se olvida de sus propias trampas y mentiras de su mente empapada y se deje ayudar.
No hay mejor camino para la recuperación que el de querer lograrla. Para ello, hay que prestarse y no elegir «tratamiento a la carta».