No te tomes el alcoholismo como una derrota, sino como una enfermedad. Recuerda siempre que tiene tratamiento.
Aunque la temática del alcoholismo y drogas no es agradable y no «vende», no deja por ello de ser uno de los grandes males de nuestra sociedad y de las venideras generaciones.
No se le puede dar un enfoque alegre y fantasioso sino más bien una visión y perspectiva con tendencia a la baja y al pesimismo general.
Sin embargo, por muy feo que pinte, hay que sacar motivación de debajo las piedras o inventársela, fuerzas de flaqueza, resurgir de nuestras cenizas, y levantar el ánimo por muy «tocados» que estemos.
Debo ser honesto y perseverar en el concepto o la idea, mejor dicho, de que la recuperación no borra nuestros comportamientos y conductas inadecuadas durante el consumo, así como tampoco las justifica.
Pero en ese océano de drama, tristeza, soledad y confusión al que nos vemos abocados por culpa del consumo, siempre hay un islote o un oasis en medio de la nada al que podemos alcanzar:la recuperación.
El alcoholismo tiene tratamiento. ¿Fácil? ¡No!, ¿Posible? ¡Sí!.
Nunca nos tomemos esta enfermedad como una derrota vital y rendición. Seamos positivos, demosle la vuelta a la situación y busquemos el lado optimista y reconfortante de este maldito infierno.
No hay mejor manera de lograr esa visión y realizarla que pensar que más que una derrota puede ser la oportunidad (siempre que nos pongamos en tratamiento y nos dejemos ayudar) para reconducir nuestra vida hasta tal extremo que ésta, nos pueda llegar a volver a parecer maravillosa y fantástica.
Una oportunidad de, después de mucho tiempo, volver a estar bien con nosotros mismos.