No te bebas la vida (para nuestros hijos)
¡Seguimos mirando hacia otro lado!
Después vienen los lamentos y lloros.
Hay situaciones que nos engrasamos tanto las manos y ensuciamos de mierda, que cuando queremos coger algo con ellas no podemos porque se nos escapa.
Ayer, por primera vez vez vi anunciar directamente en un medio nacional los peligros del consumo de alcohol compulsivo en los jóvenes cuando yo, personalmente, llevo una década diciéndolo ( esta grabado y registrado en entrevistas de esas épocas) y yendo a colegios para concienciar, que no prevenir, de ello.
La tipología de consumo de atracón, botellón, de consumos masivos y en poco tiempo se han normalizado. Normalizado pero exageradamente.
Cada vez será más complejo disociar y romper con esta forma de beber.
No estoy para echar a nadie la culpa porque como siempre digo: la tenemos todos.Pero sí que los planes, la orientación y la información hacia las nuevas generaciones deberían cambiar urgentemente.
El único eslogan que puede comprender un niño (un niño es un niño pero no es tonto) es el de que tiene dos opciones a corto plazo en su juventud que repercutirán sobre el desenlace de su vida si no actúa correctamente: Beber de esta manera y acabar por beberse su vida o concienciarse que el beber tiene sus consecuencias, enseñándole desde su libertad a escoger la vida antes que la bebida.