No se puede dejar de beber si se continúa bebiendo

Ante lo absurdo que nos pueda parecer este titular, en la mente de un alcohólico, esta creencia es muy real.

El enfermo alcohólico quiere seguir bebiendo pero no tener consecuencias por ello, quiere controlar y aprender a moderar pero ya no puede, quiere evitar el tratamiento pero conformar a su entorno y familia, quiere seguir con su vida normal cuando ninguna persona que haya enfermado de alcoholismo puede llevarla,quiere hacer precisamente todo lo que ya no puede, y eso le crea un conflicto interno que le desquicia debido a su imperiosa necesidad de consumir que, por muy buenas intenciones que tenga, si no se pone en tratamiento y se recupera …será imposible.

Por lo tanto, antes de cambiar, modificar conductas, abandonar hábitos asociados al consumo, alejarse de ambientes tóxicos, y por supuesto estar preparado emocional y cognitivamente para asimilar la ayuda que se le pueda prestar, antes debe desintoxicarse físicamente y «desempapar de alcohol los circuitos» para poder tener la mente clara y en abstinencia, tener capacidad para realizar los requisitos básicos y fundamentales de cualquier proceso de rehabilitación, deshabituación, y recuperación alcohólica.

Más que de fracaso en los tratamientos yo hablaría de la falta de éxitos debido a estos motivos: Negación, no aceptación de la enfermedad, no asimilar que es incompatible la recuperación si no se deja de beber completamente,y comparación con afán de justificación con bebedores,no con enfermos.

Estas características tan propias de la conducta alcohólica, hacen que los enfermos inicien tratamientos por coacción, condicionamiento, o sustos y advertencias varias por sus consecuencias con el fin de solucionarlo pero no con la intención real y el compromiso de dejar de beber. De ahí que muchos lo intentan (a su manera) pero sin convicción, y ello se traduce en una abstinencia temporal más que en una auténtica recuperación alcohólica.