No negar el consumo pero sí las cantidades.

Esta actitud de negar las cantidades reales es propia de todas las tipologías de consumo pero especialmente es mucho más indetectable en las personas que beben a solas y a escondidas.

Ellos pueden admitir haber bebido pero lo que nunca harán es decir la verdad de cuanto.

Su estrategia es muy hábil: Si dicen que han bebido «un poco», saltan menos alarmas en los otros porque como de todas formas el olor a alcohol es sensible, no se paran a pensar que ese consumo es mucho. al ser personas que viven solas, las visitas suelen ser esporádicas y el control mucho menor. Por eso, cuando de repente son «sorprendidos» en un día cualquiera, los enfermos tienen el recurso de mantenerse firmes en su mentira y sí aceptar un consumo pero negar la verdadera cantidad. De hecho, si son interrogados, también negarán la frecuencia y dirán que «justamente» solo ha sido ese día y que por norma no suelen beber. Así las excusas siempre serán premeditadas para anticiparse a cualquier pregunta relacionada con el consumo.

Escrito de este modo parece que hablamos de alguien que ha bebido cuatro copas y acepta reconocer que ha consumido dos. La cosa no es tan sencilla y la realidad es muy diferente. Dirá que ha bebido una copa y tal vez haya consumido litros de alcohol.

Como anteriormente, las respuestas ante la incredulidad de los familiares, los enfermos saldrán con argumentos como que «esa copa» les ha sentado mal porque habían tomado alguna pastilla o habían bebido sin nada en el estómago.

Hay que pensar que este consumo » a escondidas» incluye todo un ritual: Esconder los envases y botellas, beber algún tipo de bebida económica para poder acceder a muchas cantidades, utilizar estrategias para adquirir la sustancia (ir a comprar a un lugar donde no les conocen, por ejemplo), etc.

Incluso hay casos en que el enfermo, aunque beba a solas y en casa, es capaz de bajar al bar adrede y con toda la intención del mundo y pedir una sola copa para luego retirarse delante todos diciendo que para él o ella ya es suficiente, pensando en llegar rápido a casa para continuar con esa necesidad de consumir.

Es obvio que las otras formas de beber también se niegan las cantidades pero el familiar puede espiar o indagar en los lugares frecuentados y hacerse una idea aproximada de las reales. Sin embargo, en el consumo anterior el único control es yendo a todos los establecimientos cercanos y no tanto o encontrar las botellas, cosa que el enfermo ya se ha encargado de hacer desaparecer las pistas.

2 Comments

  1. Ricard Valls en Facebook el 19 diciembre, 2015 a las 4:52 pm

    Realmente es así. El.consumo que decíamos había q multiplicarlo por 8 ó 10. Pero eso es otra mentira de la llarga llista, y no nos dábamos cuenta que a los que engañábamos era a nosotros mismo.

  2. Martin Cifre James en Facebook el 19 diciembre, 2015 a las 5:47 pm

    siempre que alguien ha recaido o vuelto a beber son dos copas o cervezas, cuando me dicen dos yo pienso si dos mas dos son treinta y dos.Leer más ..

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