…no me atrevo sin alcohol
Es tan grande la evidencia del efecto inicial del alcohol como «productor» de seguridad,confianza,y valor que lo normalizamos y pasamos por alto sus verdaderas consecuencias.
En el consumo de alcohol no todo es malo (si no,no habría una cuarta parte del planeta consumiéndolo). De hecho,esta página es de prevención,sensibilización y toma de conciencia sobre la enfermedad que crea este consumo desordenado;el alcoholismo,no de la liga anti-alcohol.
El problema está en que es tan fina,delgada, e invisible la linea que separa el beber del enfermar,que me produce escalofríos o «vértigo vital» el insinuar o hacer apología de cualquier consumo que altere las conductas mentales y especialmente el alcohol por dos motivos muy significativos:primero,que yo soy alcohólico y sé hasta donde puede llegar esta droga que parece tan inofensiva y aceptada. Y en segundo lugar,porque el alcohol es la «puerta»,el detonante o disparador (que cada uno le llame como quiera) a otras sustancias y dependencias en general.
Esa sensación de seguridad y confianza que produce los efectos del alcohol,especialmente en grandes cantidades,más que valor es inconsciencia o anestesia de la conciencia:Nos atrevemos a hacer según que tipo de cosas porque en realidad no estamos dirigiendo ni controlando nuestras tomas de decisiones,sino es el propio alcohol el que lo hace.
Por supuesto,con el tiempo traerá sus consecuencias nefastas. Esa seguridad se convertirá en imbecilidad. Y lo que es más grave todavía, cada vez necesitaremos más alcohol para hacer más cosas y al final,de tanto repetir la conducta,acabaremos necesitándolo para cualquier cosa. Y esa necesidad,…se llama alcoholismo.