No es igual ver el mismo amanecer cuando te vas a acostar que cuando te despiertas.
La imagen es la misma. La sensación y percepción, totalmente lo contrario.
Esto más que una reflexión,es una oda y un canto a la vida y la recuperación.
Así como sucede al contemplar un amanecer desde una perspectiva diferente, lo mismo pasa con todo al ver las cosas desde la ebriedad a la sobriedad.
Bajo los efectos del alcohol, todo es adulterado, distorsionado e irreal.
Estamos sumidos en un estado surrealista, esperpéntico, psicodélico y artificial: Nada es lo que parece.
Nos cuesta mucho dejar el alcohol, dejarnos ayudar, o simplemente imaginar un mundo feliz sin él. Pero cuando esa tormenta inicial y ese cambio brusco sucede y somos capaces de aceptarlo, soportarlo y enmendarlo … la vida toma color para dejar de ser gris y sucia.
¿Cuál es la recompensa por recuperarme- se preguntan muchos enfermos? La recompensa es el medio, no el fin. La recompensa es la misma recuperación.
Cuando consumía y estaba muy enfermo, yo tenía una hija. Cuando me rehabilité, tuve la sensación placentera y de bienestar que además de tenerla, la sentía, la vivía, la disfrutaba.
Nunca hago dedicaciones, pero este post se lo merece:
Por mi hija Andy, que como la misma canción, … eres el amanecer de mi vida.