No hace falta beber cada día ni ir embriagado constantemente para ser alcohólico.

 

La desinformación,la mala información,o bien la información malinterpretada desorientan,despistan,y confunden.

El alcoholismo no es una enfermedad exclusiva de marginados (aunque es evidente que la marginación es uno de los posibles desenlaces trágicos de ella)..

Los típicos,los tópicos,las leyendas urbanas,los falsos mitos,y la cultura popular hacen mucho daño al conocimiento,a la comprensión y al tratamiento de esta enfermedad.

Es tan alcohólico una persona que bebe cada día como uno que lo hace esporádicamente, pero qué cuando consume,pierde el control y crea graves consecuencias.

Lo mismo sucede con los estereotipos del «aguante». Quien aguanta más la bebida no es porque «sepa» beber mejor,sino porque tolera el alcohol y eso no suele ser muy buen síntoma porque la tolerancia es una de las conductas que mejor delatan esta enfermedad.

¿Qué bebe pero nunca se emborracha? ¡Es posible! Pero no porque no sea enfermo,sino porque está tan acostumbrado y habituado que necesita grandes dosis para llegar a la embriaguez,pero eso no significa que no esté intoxicado.

Tampoco es necesario beber escandalosamente,cantando,gritando,juergueando,y haciendo ruido. Precisamente,una de las tipologías que más ha crecido en este siglo es un consumo totalmente al contrario y en un perfil diferente:el alcoholismo femenino (que no implica que siempre sean mujeres). Una forma de beber a solas,a escondidas,y para aliviar tristezas,depresiones,y vacíos en general.

Los alcohólicos somos los que hemos enfermado. Los que van borrachos,ebrios,han bebido en atracón (binge drinking),etc.son estados provocados por el consumo. Eso no implica necesariamente que sean enfermos,aunque es evidente que ese beber conlleva un riesgo muy alto y si no se ponen medidas,probablemente enfermarán.

Hay mucha «información gratuita» sobre alcohol,abuso de alcohol,y alcoholismo. ¿Mi sugerencia…? Cuando alguien note que su familiar puede tener problemas de alcohol o asomarse al precipicio de la enfermedad,que acuda a personas especializadas y no escuche rumores ni comentarios caseros o callejeros.