No esperes un momento determinado porque la vida a veces no espera; sigue su curso.
¡Cuántas veces me dije: ya llegará el momento y ese momento nunca llegaba!
Saber que tienes un problema con el alcohol y posponer o postergar la ayuda es aceptar a medias. Y «las medias» en el alcoholismo, nunca han dado resultados.
Esperar la ocasión apropiada para ponerse en tratamiento no es más que otra excusa. Nunca hay un momento si no hay una predisposición real y actitud a realizarlo.
El tiempo puede funcionar en dos sentidos: para bien o para mal. Esperar a que el tiempo resuelva nuestros conflictos es una tontería, aprovecharlo para resolverlos lo antes posible, un acierto.
Si tenemos problemas con el alcohol, si es algo frecuente y que se mantiene permanente en el tiempo, si éste ya nos supera … no esperemos más;¡Actuemos!
Cada instante que un alcohólico gane de sobriedad y serenidad para saberla vivir, esta obteniendo un regalo irrecuperable. Lo mismo sucede al contrario: cada momento que pospones «esperando mejor ocasión», es un día que el alcohol te roba.