No es un enfado cualquiera
«Siempre tendremos razones para estar enfadados,pero esas razones raramente serán buenos» Benjamin Franklin
«Haga lo que haga,siempre estás con mala cara(Le recrimina el enfermo en tratamiento al familiar). Antes porque bebía y me pasaba,ahora por cualquier motivo. ¡No hay quien te entienda!»
Aunque dejar de beber para una persona que ha enfermado de alcoholismo es todo un proceso de superación, no debe ser considerado como un triunfo del que hay que sacar pecho,sino de un acto de humildad y honestidad que era lo que realmente debíamos de hacer para recuperar la estabilidad con los demás y nosotros mismos.
Una persona que lleva años bebiendo y haciéndolo de un modo abusivo,en exceso o con regular frecuencia,por fuerza tiene que haber molestado,incordiado,e incomodado a muchas personas. Lo más cuestionable es que se ha jugado con los sentimientos de ellas.
Cuando nos ponemos en recuperación y empezando por la fase inicial de abstinencia y terminando por un proceso de cambios de conductas,probablemente nosotros hemos cambiado y evolucionado una barbaridad,pero el resto de personas que siempre estuvieron ahí (a las duras y a las maduras),puede que no lo hayan hecho a la misma velocidad y con la misma intensidad.
No se puede pretender tener un derecho al pataleo. «enfadarse porque los demás siguen enfadados con nosotros».
Siempre debemos tener presente que la familia,pareja,amigos,enfermaron con nosotros y por culpa nuestra. Aunque reclamemos como recompensa al duro esfuerzo de una rehabilitación el perdón y la credibilidad,nunca tenemos derecho a exigirlo. Eso es un proceso natural que no depende de nosotros,sino del daño que se hizo y como lo padeció esas personas y la forma en que lo han gestionado durante nuestra recuperación.
El mundo del alcoholismo no es un cuento de hadas. A veces,uno lo hace todo bien para salir de este infierno pero hay cosas que son irreparables. Hay que ser lo suficiente maduros y gozar de una gran fortaleza para asumir esos cambios que ocurrirán aunque nosotros ya no estemos consumiendo .
Dejar de beber para un enfermo alcohólico es volver a recuperar la sensación de vivir,pero ello no garantiza que «lo anterior» se recomponga a nuestra manera,sino a la manera que debe hacerse,sea bien o mal.
Quejarse porque los demás siguen enfadados,porque no nos creen y confían en nosotros aunque llevemos tiempo sin beber,no es lo adecuado. Siempre ha que tener en cuenta que el motivo del enfado por nuestro comportamiento durante la enfermedad no es uno sólo y exclusivo,sino varios y durante mucho tiempo. Por lo tanto,nunca se tratará de un enfado cualquiera.[youtube]http://youtu.be/f4Mc-NYPHaQ[/youtube]