¡No era yo, era el alcohol!
La excusa madre de todas las excusas:
¿Justificarse con que se había bebido para ser menos recriminado o no sentirse tan culpable?
No sé que es más ruin y miserable, si el propio acto de ir bebido o ser tan mezquino de ampararse en ello.
No hay consecuencia que se pueda justificar por haber bebido más de la cuenta. Ni la mías, ni la de nadie.
Puede que no tengamos suficiente información sobre esta enfermedad pero experiencias propias y ajenas nos han enseñado casi desde que tenemos uso de razón que el abuso de alcohol, altera nuestras conductas y comportamientos mentales y nos hace actuar inapropiadamente.
Por lo tanto, ni es excusa, ni es atenuante.
¿Qué tenemos remordimiento o arrepentimiento? ¡Eso es diferente!. Pero pretender «echar la culpa» de nuestra imprudencia al alcohol es de miserables.
De hecho, todos los que somos alcohólicos o llevamos un consumo prolongado durante nuestra vida, sabemos de sobra las posibles consecuencias de un exceso de alcohol.
En este caso, me atrevo a decir que casi es peor el acto que la consecuencia. Sólo los cobardes, mezquinos y miserables pueden intentar esta treta.
Si de verdad nos sentimos mal por lo que hacemos cuando bebemos …¡pongámonos en tratamiento y nos recuperemos de esta enfermedad!
3 Comments
Deja un comentario
Debes iniciar sesión para escribir un comentario.
Es verdad que yo he hecho cosas de las cuales me arrepiento y no las hubiera hecho si no es porque estaba bebida,pero también nadie nunca me obligo beber.Leer más ..
Nuestro pasado alcohólico es la herencia de una vida dedicada a beber, muchos no estarán contentos de haber cometido ciertos actos y como acto de cobardía se refugian en que la culpa fue del alcohol, es por ir bebido que comete esos actos de barLeer más ..
Verdad, nunca permitas que ese liquido domine tu sangre