No hay categorías de alcohólicos, hay fases de alcoholismo.

No se es más o menos alcohólico. No hay alcohólicos peores o con un «grado» mayor. No hay alcohólicos más buenos ni más malos. No los hay que saben beber y otros que no saben controlar. No hay una categoría por la frecuencia del consumo al beber a diario o esporádicamente, al igual que tampoco influye las cantidades.

Cuando se enferma, se enferma.

Cuando se cruza es linea imaginaria pero real, se pasa el límite de beber a enfermar. De querer a necesitar.

¿Fases? ¡Fases sí! Hay fases porque es un proceso y nadie enferma de un día para otro. Hay etapas, una progresión en la necesidad de consumir, un incremento en las frecuencias y en las cantidades al igual que una tolerancia al consumo.Hay desencadenantes (que no causantes) que provocan acelerar el proceso, etc.

Si somos alcohólicos, independientemente de que nos lo hayan diagnosticado o no, nosotros siempre seremos los primeros en saberlo. ¿Cómo? Cuando la necesidad de beber nos supere y las consecuencias se repitan, nos desborden y afecten a cualquiera de los ámbitos de nuestra vida.

No nos comparemos. No pensemos si somos más o menos enfermos. No saquemos conclusiones a «nuestra manera». No nos auto-tratemos ni intentemos nadar a contracorriente en este mar tan enfurecido. No lo hagamos porque siempre acabaremos hundidos.

¿Hay problemas de alcohol? ¡Debe haber tratamiento!

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.