Ningún alcohólico quiere dejar de beber …
Ningún alcohólico quiere dejar de beber porque no suele reconocer y aceptar su problema.
Ningún alcohólico quiere dejar de beber porque es más corta su memoria que su buena intención.
Ningún alcohólico quiere dejar porque es más fuerte su necesidad que su voluntad.
Ningún alcohólico quiere dejar de beber porque no sabe hacer nada sin ello.
Ningún alcohólico quiere dejar de beber porque es más fuerte su desinhibición y envalentonamiento que cualquier susto que se lleve.
Es complicado dejar de beber cuando se ha «nacido» prácticamente con una botella como biberón. Cuando se asociado el consumo de tal manera que ha quedado condicionado a nuestro aprendizaje social.
Por eso, hay que seguir luchando, creando estrategias, maximizar los recursos, conocer y entender bien nuestra mente (yo también soy alcohólico), para cuando la enfermedad le exprima al límite, los familiares y amigos sepan como actuar.
Conocer los protocolos de intervención, los procesos de la recuperación, los centros y especialistas de atención, etc.