Nada es lo que parece
En el alcoholismo … ¡Todo es una falacia!
Una mentira, una apariencia, un «pasteleo», …
Los alcohólicos no somos valientes, decididos y echados «palante», sino que simplemente aparentamos eso porque vamos colocados (intoxicados)
No somos tan autosuficientes cómo queremos demostrar, sino más bien todo lo contrario: dependientes y posesivos.
No somos tan buscavidas y con la experiencia de la que presumimos y hacemos gala. Todo eso no es más que mentira, verborrea y recuerdos distorsionados que los rellenamos a nuestra manera.
No somos tan divertidos: somos patanes, pesados, molestos, insultantes y humillantes en ocasiones.
No somos el alma de la fiesta sino que las fiestas se quedan sin alma cuando llegamos nosotros.
No tenemos «tantos» amigos. Es más, me atrevería a decir que ya no nos queda ni uno solo. Lo que confunde es que que siempre estamos rodeados de gente y parecemos muy sociales y adaptados, pero esa gente que bebe con nosotros suelen ser compinches o cómplices.
Los alcohólicos somos los protagonistas del cuento de la lechera: Hacemos muchos planes y cabalas, todo el día, entre copa y copa, hacemos planes y tramamos en como resolver nuestro futuro pero al día siguiente todo se ha desvanecido con la resaca.
Así podría continuar sin parar: De cómo nos ven y cómo somos en realidad.Eso es el alcoholismo: Una enfermedad donde nada es lo que parece.