El miedo a vivir sin alcohol

No imaginamos o visualizamos ni por un instante un presente o futuro sin el alcohol.

No es en sí el alcohol sino el efecto que nos produce, el que nos seduce y arrastra a esa idea obsesiva.

Necesitamos consumir para ser «la otra persona» que en realidad no somos.

Detrás del alcohol nos escondemos, nos refugiamos y amparamos, nos sentimos protegidos y seguros, … nos encontramos bien pasándolo mal.

El efecto del alcohol no es lo que nos llena; todo lo contrario, el qué nos vacía.

Tenemos mucho miedo a vivir sin nuestra amante la botella. Tenemos miedo porque sin ella somos muy cobardes, inseguros, temerosos y vencidos por la ansiedad.

Sólo el consumir nos hace vivir una fantasía o un sueño en el que estamos, aunque sea por unas horas, tranquilos y relajados.

Dejar de beber, aunque estemos muy enfermos y sea necesario, nos da miedo porque no sabemos con qué persona nos vamos a encontrar ya que en realidad todos los alcohólicos somos unos verdaderos desconocidos para nosotros mismos.

No tengáis miedo: Detrás del alcohol hay algo excepcional y maravilloso. Se llama Vida.

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