«¡ Si me dejas, me derrumbaré. Necesito tu ayuda!»

¿Ayuda? La única ayuda que necesita un enfermo alcohólico que no quiere recuperarse y dejar de beber es exclusivamente la de la botella. Toda la demás … es pura mentira.

El titular de hoy no tiene desperdicio: La auténtica expresión que personaliza y da vida al chantaje emocional tan propio y característico de la conducta alcohólica.

Hacer creer a la otra persona (pareja, familia, amiga,etc.) que le necesitamos desesperadamente cuando vemos que ésta nos va a abandonar o se ha cansado ya de nuestras mentiras, engaños, manipulaciones, y excusas.

Nosotros, los enfermos alcohólicos, no queremos «su» ayuda sino su presencia para que nos aguante nuestras resacas, bajones, depresiones, estados de ánimo caídos y derrotismo cuando nos entra el pánico y la ansiedad al irse los efectos eufóricos del alcohol. Queremos tener un tont@ que nos soporte nuestras historias tan repetidas durante tantos años para cuando vuelve a creernos y confiar en nosotros, volverle a traicionar yéndonos al beber otra vez.

Este bucle y círculo vicioso se repite constantemente y no desaparece jamás a no ser que la decisión del otro sea firme y mantenga su postura de abandonarnos o que nosotros nos pongamos en tratamiento y demostremos una actitud diferente y positiva.

El chantaje emocional es una de las mejores armas (muy destructiva, por cierto) que mejor empleamos los alcohólicos en nuestro arte de la manipulación.

Todo argumento, discurso, buena intención, promesa, y similares que provienen de nuestra mente alcohólica, sino van acompañados de hechos que demuestren lo contrario, nunca dejan de ser excusas, pretextos, y engaños.

Lamentablemente, aunque sepamos todavía amar, siempre amaremos más a la botella que a cualquier otra persona. ¡Así es esta enfermedad;el alcoholismo!