» ¡Me han cambiado el espejo!»

«Me miro al espejo y no me reconozco. Ya no sé quién soy. Veo a otra persona muy diferente de aquella que se reflejaba años atrás. Vivo dentro de un desconocido, o el que está hablando se ha apropiado de otro cuerpo… »

No, no es ciencia ficción, es alcoholismo.

Hasta que no sucede, nadie se da cuenta de lo capaz que es una botella de transformar tu vida hasta el extremo de cambiarte tu propia identidad.

Esa culpa y remordimiento, vergüenza y frustración que nos hace arrastrar y serpentear porque ya somos incapaces de ir erguidos porque aquella dignidad que nos mantenía en pie nos la bebimos, es fruto de las consecuencias de una vida de consumo.

Cuando cruzas la delgada linea que diferencia al bebedor del enfermo, ya no vuelves jamás a ser la misma persona. Te autodestruyes, te peleas contigo y con el mundo, te consumes y te vas apagando hasta el punto de ser incapaz de reconocerte en el espejo.

Para poder volver a ver reflejada tu imagen y poder limpiar todos los espejos existentes, ponte en tratamiento, abandona al enfermo alcohólico que enmascara tu persona, ponte bien y volverás a verte reflejado el «tú» de verdad.

Mientras haya alcohol, el espejo nunca estará completamente limpio y nítido.

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