Más que reparar el daño hecho, evitar volver a hacerlo.
La culpabilidad es una carga muy pesada y en personas que padecemos alcoholismo, además de lastimarnos mucho puede ser la causa de que no tengamos fuerzas para reaccionar.
La vida de un alcohólico no ha sido precisamente un ejemplo de buenas conductas, actitud y responsabilidad. Si hemos enfermado no ha sido cosa de unos días sino más bien de un largo proceso de consumo, abusos, y pérdidas de control que nos han conducido a la desorganización, el caos, y la inmadurez total.
Cuando después de muchos intentos y experimentos conseguimos mantenernos sobrios y abstemios por un breve período, es como si el cerebro «frenase en seco» y fuera perdiendo efecto la anestesia que nos tenía protegidos en nuestro mundo en el que las preocupaciones, toma de decisiones, afrontamientos y enfrentamientos con la realidad eran cosa de la botella.
Lo primero que nos viene al volver a ser un proyecto de «nosotros» es una película de imágenes desorganizadas con todas las escenas inadecuadas e inapropiadas de nuestros comportamientos a lo largo de los años y, de ser un simple remordimiento o arrepentimiento post-borrachera con la mente intoxicada pasa a convertirse en un lastre que nos produce una angustia vital y nos genera una tremenda ansiedad al ser consciente de todo lo que ha sucedido.
Entonces nos entra el pánico y a la vez la inmediatez de querer solucionarlo todo muy rápido y arreglar ese «roto» que como consecuencia de nuestra enfermedad hemos provocado.
Es triste y lamentable, pero no todo lo que hemos hecho durante nuestros años de ausencia y navegando entre copa y copa, puede arreglarse. Pero sí puede solucionarse, como mínimo, el que esos acontecimientos no se vuelvan a reptir y suceder.
Pienso que el mejor perdón que podemos pedir no es con palabras, sino con hechos. Con una verdadera intención de recuperarnos de verdad y no el simple hecho de abstenernos para aparentar, impresionar o demostrar. Evidentemente, para que se cumpla esta premisa, lo último que hay que hacer es hablar y simplemente actuar.
No pretendo en ningún momento atenuar o justificar ningún comportamiento, pero lo que tengo muy claro y lo viví intensamente durante mi inicio de la recuperación, es que mientras intentemos estar pendientes solucionar lo » de atrás», no avanzaremos.
Vayamos por partes y sigamos un proceso como es debido: Primero dejemos de beber y parar totalmente los consumos. Seguidamente dejémosnos ayudar y seguir un tratamiento para reforzarnos y evitar la necesidad de consumir. Luego desintoxiquémosnos física y psíquicamente, y … cuando nos fortalezcamos y comencemos a recuperar la autoestima y confianza en nosotros mismos, cuando el camino de la recuperación comience a encauzarse, ya habrá tiempo para intentar solucionar y arreglar todo lo máximo que se pueda.
Ahora, eso sí: Todo a la vez, … imposible.
2 Comments
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Buenos días, lo hecho, hecho esta, no se puede corregir nada de lo hecho, es mejor si estuvo mal, no volver a hacerlo.
La recuperación no se trata de eso, la recuperación es otra cosa.Leer más ..