Por muy mal que lo pasemos en la recuperación, siempre será mejor que seguir consumiendo.»
¡ Qué no te prometan ningún jardín de rosas!
Que no te lo prometan porque no es realidad. Un jardin hermoso nace, se hace y se mantiene a base de mucho esfuerzo, cariño y dedicación.
Recuperarse de alcoholismo, aunque la toma de decisión es personal y voluntaria, es una necesidad si no queremos morir ( física o psíquicamente).
Este proceso de abandono (dejar el alcohol; el verdadero amor de nuestra vida) nos somete a un gran cambio vital que si se hace adecuadamente, marcará el rumbo de nuestras vidas.
Si nos proponemos metas inmediatas y resultados gratificantes o expectativas de futuras recompensas corremos el riesgo de fracasar.
Por eso, aunque el cambio sea duro con esfuerzo y sacrificio, no hay que abandonar ni tirar la toalla porque este cambio siempre será mejor que cuando vivíamos sumergidos en el submundo del alcohol y las drogas.
¿ Quieres un camino de rosas?
Siémbralo, mímalo y régalo constamtemente para que siempre estén hermosas.