» Les voy a demostrar que…»

 

¡Mal planteamiento,no hay nada que demostrar!

Cuando el alcohol nos ha vencido,es más poderoso que nosotros,ya no tenemos el control,… se acabó la lucha. La única victoria posible no es enfrentándose sino huyendo.

El querer demostrar es una conducta muy alcohólica. Es un rasgo muy enfermizo al negar y no aceptar la derrota.

¿Te jode ser alcohólico…? Lo siento….,no hubieras bebido.

No todos los bebedores serán alcohólicos,pero sí todos los alcohólicos necesariamente tendrán que ser bebedores.

Cuando se enferma,se enferma y punto. Hay sólo dos opciones efectivas:continuar y autodestruirse o dejarlo pidiendo ayuda,dejándose ayudar,y siguiendo un tratamiento. Todo lo demás son experimentos absurdos,patéticos,y esfuerzos inútiles.

¿Por qué soy tan borde o cruel cuando digo que nos jodamos o aguantemos si hemos enfermado…? Porque el alcoholismo no es una enfermedad que sobrevenga de un día para otro,sino precisamente todo lo contrario.Nos avisa,nos advierte,nos manda señales,nos va delatando el riesgo a través de las consecuencias,nos envía constantes alarmas de precaución,…y aún así,continuamos haciendo caso omiso.

Llega un momento en que se pierde todo:el control sobre el consumo,el respeto y la credibilidad de los que nos quieren,conviven,y soportan por culpa de tantos engaños,tramas,tretas,y mentiras, se pierde la tolerancia,…

Querer demostrar que somos capaces de controlar o «autocurarnos» es un síntoma más de la propia enfermedad. Forma parte de ese orgullo,soberbia,tozudez,arrogancia,y prepotencia tan propia de la conducta alcohólica.

No hay que demostrar,hay que actuar y recuperarse.

Se sale de este infierno con mucho trabajo y amor por uno mismo,no por rencor o soberbia.